El Hospital Universitario de Burgos activó el protocolo de corte eléctrico y garantizó el funcionamiento de las áreas críticas sin que los pacientes llegaran a notar la interrupción del suministro
Los medios de redundancia del HUBU funcionaron a la perfección durante el apagón que dejó a todo el país sin suministro eléctrico durante horas.
Conoce la Central Energética del Hospital Universitario de Burgos
Ruth Rodero- Burgos Conecta
Cuando se produjo el apagón que mantuvo a la península ibérica sin luz durante horas, en el Complejo Asistencial Universitario de Burgos (CAUBU) todo transcurría con la normalidad de un lunes cualquiera. Pero en cuestión de segundos, el sistema de alumbrado y el informático se vieron afectados por la interrupción del suministro. Lo que en un primer momento parecía una caída momentánea del servicio mutó en una situación de gravedad en un entorno como lo es el hospital. Con el paso de los minutos se confirmó que el corte de luz era prolongado y afectaba no solo al hospital, sino también al resto de Burgos y del país.
«Al ver que el apagón era prolongado fuera del complejo asistencial, nos pusimos inmediatamente en contacto con la empresa concesionaria para que nos informase de la situación. Estos nos actualizaron la situación con la red eléctrica así como el estado de los medios auxiliares (grupos electrógenos y reservas de combustible del HUBU). También nos dirigimos a los otros dos hospitales (Fuente Bermeja y Divino Valles) para analizar la situación de ambos centros. A partir de ahí, comenzamos a aplicar protocolos y concertar reuniones, tanto a nivel interno como externo, con Gerencia de Área, Gerencia Regional y Consejería de Sanidad», explica Carlos Cartón, director médico del Complejo Asistencial Universitario de Burgos (CAUBU).
La situación, aunque atípica, está contemplada en los protocolos de estos hospitales, que «cuentan con un protocolo específico de corte eléctrico incluido en sus planes de contingencia». De esta manera, los centros sanitarios se preparan para que una situación de este tipo no ponga en riesgo vital a ningún paciente.
En la jornada del lunes el protocolo se activó de inmediato tras detectarse el fallo en el suministro. «El protocolo implica una gestión correcta de los diferentes medios y procesos que intervienen en una situación de ausencia de energía eléctrica en la red», explica el director médico.
Gracias a este sistema, los grupos electrógenos se activan automáticamente. «A los 40 segundos de producirse el corte, el hospital ya estaba energizado», celebran. Esta capacidad de respuesta permitió mantener la actividad de las zonas más sensibles sin interrupciones. La autonomía del hospital en estas circunstancias depende del combustible disponible. «Con 50.000 litros de diésel que hay almacenado, el CAUBU puede funcionar durante unas 50 horas a pleno rendimiento, es decir, con todas sus instalaciones encendidas y operativas», aseguran desde el centro médico.