El Mundo-El Correo de Burgos revisita los servicios del hospital que tuvieron que enfrentarse al covid-19 redoblando esfuerzos y personal
Así vivieron la pandemia los equipos de limpieza, mantenimiento, logística y cocina del Hospital Universitario de Burgos.
Marta Casado.- El Mundo-El Correo de Burgos
Los más de 500 trabajadores que prestan los 13 servicios externalizados que hacen funcionar el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) no trataron a ningún paciente, pero su trabajo fue vital para que los profesionales sanitarios pudieran cumplir la intensa demanda de ingresos que generaron las primeras olas de la Covid-19, que les pilló casi por sorpresa, y las siguientes.
Cuando en el equipo de Mantenimiento, que coordinan la preparación de las plantas y la gestión de gases medicinales, se encontraban realizando la dialización de la Planta 7, porque entre los primeros pacientes de Covid que llegaban desde Miranda había casos que necesitaban este servicio, pensaban que estaban ante un servicio más.
«Fuimos allí con nuestro mono de trabajo, como siempre, cuando vimos que entraban los enfermeros en un buzo aislados en todo momento es cuando nos dimos cuenta lo grave que era lo que estaba pasando», señala el jefe de equipo de Mecánica y Mantenimiento, Eduardo Mediavilla Martínez. En unos días la demanda de transformación de los hospitales de día en UCIS, de tres pasaron a seis, era acometida por el equipo de mantenimiento preparaba todas las tomas necesarias de aparataje médico y gases.
Uno de los consumos que más se incrementaron fue el de Oxígeno, necesario para los problemas respiratorios que presentaban los pacientes con coronavirus. Al duplicar el espacio Uci la demanda de oxigeno se disparó. Se incrementó en un 50% pasando de los 390.035 metros cúbicos de oxígeno suministrados en 2019 a los 591.326 suministrados en 2020. «En una situación normal el hospital consume el 5% del depósito de oxígeno que hay, en los picos de covid se llegaba a consumir el 20% disponible y si lo habitual es que el suministro se realizara desde Tarragona cada 15 días, en la época del covid cuando un camión descargaba salía otro de la planta de producción hacia Burgos», explica Mediavilla. Un pico de demanda que puso en tensión las tuberías y conductos de todo el hospital manteniendo en vilo al equipo de 11 operarios de mantenimiento, aunque «el suministro siempre estuvo garantizado y a salvo, es nuestro trabajo que sea así».
Un esfuerzo que se mantuvo durante las ocho olas de la pandemia porque el hospital ampliaba y replegaba su espacio covid en función de la demanda de casos. En este sentido, otro de los picos de actividad fue la desinfección de las plantas covid cuando dejaban de serlo.
El equipo optó por el uso de Peróxido de Hidrógeno nebulizado a partir de un equipo especializado que permitía aniquilar cualquier rastro del SARS-CoV-2 y recuperar la actividad diaria en ese espacio. «Se sellaba la planta, se hacia un cálculo del tiempo de exposición en función del tamaño del espacio a tratar y se dejaban testigos de peróxido en sitios de difícil acceso como dentro de cajones, y todos daban positivo», explica el responsable de mantenimiento. A éste sistema se incorporó un robot con emisión ultravioleta que mapeaba la planta y la higienizaba. «Estos aparatos se siguen utilizando, el robot con emisión ultravioleta en quirófanos y seguimos con el equipo de peróxido porque sigue habiendo covid», recuerda.
El reto abrió una etapa de trabajo a destajo entre el equipo de 11 personas entre las que «no tuvimos vacaciones, ampliábamos horas porque si ya es difícil encontrar este personal cualificado en una situación normal, en medio del confinamiento se hizo imposible», explica. Eso sí, asegura que ninguno del equipo tuvo un contagio covid pese a que «siempre ibas con el miedo de llevarlo a casa».